"El reconocimiento de lo sagrado empieza, simplemente, cuando nos interesamos por cada detalle de nuestra vida."
Chogyam Trungpa

miércoles, 27 de febrero de 2013

Liberarse.


Liberarse, no es mostrarse indiferente. 
Es simplemente admitir que no podemos actuar en el lugar de alguien más. 

Liberarse, no es cortar los lazos. 
Es estar conscientes que no podemos controlar a los demás. 

Liberarse, no es ser pasivo, sino todo lo contrario, 
es aprender la lección de las consecuencias inherente a cada acontecimiento. 

Liberarse, es reconocer nuestra limitaciones, 
es decir, que el resultado final no está en nuestras manos. 

Liberarse, no es culpabilizar o querer cambiar al prójimo. 
Es dar lo mejor de sí mismo. 

Liberarse, no es ocuparse de los otros. 
Es sentirse concernido por ellos. 

Liberarse, no es amparar. 
Es alentar, motivar, estimular.

Liberarse, no es juzgar. 
Es concederle al prójimo el derecho de ser humano. 

Liberarse, no es encargarse de todo lo que sucede. 
Es dejar que los demás se responsabilicen de su propio destino. 

Liberarse, no es maternizar a los demás. 
Es permitirles afrontar la realidad. 

Liberarse, no es rechazar, al contrario, es aceptación total. 

Liberarse, no es hostigar ni acosar. 
Es tratar de detectar nuestras propias debilidades y deshacerse de ellas. 

Liberarse, no es adaptar las cosas según nuestros deseos. 
Es tomar cada día como viene y apreciarlo. 

Liberarse, no es criticar o corregir al prójimo. 
Es lograr ser lo que queremos ser. 

Liberarse, no es arrepentirse del pasado ni lamentarse. 
Es vivir en el presente y crecer para el futuro. 

Liberarse, es temer menos y amar más, aquí y ahora.

jueves, 14 de febrero de 2013

Namasté



Yo saludo a la luz de Dios que está en ti. 
La luz de Dios en mí saluda a la luz de Dios en ti. 
Pero tú sabes que no hay ninguna diferencia entre la luz de Dios que está en mí 
y la luz de Dios que está en ti. 
Y ya que los saludos solo se realizan entre dos entidades separadas, 
para nosotros sería mejor no hablar en absoluto de saludos, 
sino decir que la luz de Dios en nosotros 
celebra su presencia eternamente en nuestros corazones.
Fady Bahig

lunes, 4 de febrero de 2013

Rabindranath Tagore.


La libertad de la semilla reside en la realización de su dharma, de su naturaleza y de su destino, que es llegar a ser un árbol; para ella, la no realización es una prisión.

El sacrificio por el que una cosa consigue realizarse no es un sacrificio que lleva a la muerte, es el rechazo de las cadenas y la obtención de la libertad.

Rabindranath Tagore.