"El reconocimiento de lo sagrado empieza, simplemente, cuando nos interesamos por cada detalle de nuestra vida."
Chogyam Trungpa

jueves, 23 de septiembre de 2010

René Levy

“Me siento como una persona de 20 años y tengo 82. Hago algo que alarga la vida. Puedo desaparecer porque así funciona la vida pero con la gran felicidad de haber ayudado a aliviar sufrimiento, a caminar a gente que no podía hacerlo y a curar a miles de personas con este camino de la macrobiótica”

René Lévy, uno de los pocos discípulos directos del mítico George Oshawa, el fundador de la macrobiótica, y uno de los mayores impulsores en Europa de esta alimentación y filosofía de vida, falleció el pasado 16-8-2010 en la localidad francesa de Saint Gaudens, donde hace más de 30 años fundó el centro macrobiótico y hotel-restaurante Cuisine et Santé que ha sido un punto de referencia, aprendizaje y peregrinaje para miles de personas.

Ni mención a las miles de personas a las que ayudó a sanar de enfermedades consideradas incurables y desahuciadas por la medicina oficial, tanto alopática como alternativa, y a las miles que ha enseñado a tener una mayor calidad de vida y a orientar su brújula con mayor sabiduría y coherencia con la Naturaleza.



Más Información sobre René:
http://www.elblogalternativo.com/2010/09/05/rene-levy-gran-impulsor-de-la-macrobiotica-no-espereis-a-ser-viejos-para-permanecer-jovenes/

http://www.macrobiotica.tv/videos.html

Dr. Franco Berrino

Director del Departamento de Medicina Preventiva y Predictiva del Instituto Nacional del Cáncer de Milán (Italia)


http://www.macrobiotica.tv/home.html

sábado, 18 de septiembre de 2010

El Zen de la Tele

Ver televisión es la actividad (o más bien la inactividad) de esparcimiento predilecta de millones de personas del mundo entero. Al cumplir los 60 años, el estadounidense común habrá pasado 15 años de su vida delante de la pantalla del televisor, y las cifras de otros países son semejantes.

Para muchas personas, la televisión es “relajante”. Si observamos atentamente, nos damos cuenta de que mientras más tiempo mantenemos la atención enfocada en la pantalla, más se suspende la actividad del pensamiento y más tiempo pasamos viendo solamente la entrevista, el programa de juego, la comedia o hasta los comerciales sin generar un solo pensamiento. No solamente olvidamos por completo nuestros problemas, sino que nos liberamos de nosotros mismos transitoriamente. ¿Qué podría ser más relajante que eso?

¿Entonces es la televisión un medio para crear espacio interior? ¿Nos ayuda a estar presentes?

Desafortunadamente no es así. Si bien la mente suspende su actividad durante períodos prolongados de tiempo, se conecta con la actividad mental del programa de televisión. Se conecta con la versión televisada de la mente colectiva y entra a pensar esos pensamientos. La mente está inactiva únicamente en el sentido de no generar sus propios pensamientos. Sin embargo, está absorbiendo continuamente los pensamientos y las imágenes provenientes de la televisión. Esto induce una especie de estado de trance y mayor susceptibilidad, parecido al de la hipnosis. Es por eso que pagan millones de dólares para sorprendernos inermes en ese estado de receptividad. Buscan reemplazar nuestros pensamientos por los de ellos, y por lo general lo logran.

Así, mientras vemos televisión, la tendencia es a caer por debajo del pensamiento en lugar de elevarnos por encima de él.

En esto, la televisión se parece al alcohol y a ciertas drogas. Si bien nos libera transitoriamente del yugo de la mente, el precio también es alto: la inconsciencia.
Lo mismo que las drogas, la televisión tiene una cualidad adictiva grande. Tomamos el control para apagar el aparato y en lugar de hacerlo comenzamos a repasar todos los canales. Media hora o una hora después todavía estamos viendo y recorriendo los canales. Es como si el botón de apagado fuera el único que el dedo no logra oprimir. Continuamos pegados al aparato no porque algo interesante atrae nuestra atención, sino precisamente porque no hay nada interesante para ver. Una vez atrapados, mientras más trivial y más sin sentido, más adictiva se vuelve. Si fuera interesante y desafiara el intelecto, llevaría a la mente a pensar nuevamente, lo cual sería más consciente y preferible a un trance inducido por un aparato. Entonces las imágenes de la pantalla no mantendrían totalmente cautiva nuestra atención.

Si el contenido del programa es de cierta calidad, puede contrarrestar hasta cierto punto, o incluso deshacer, el efecto adormecedor del medio de la televisión. Hay algunos programas que han sido de gran ayuda para muchas personas, les han cambiado la vida para bien, les han servido para abrir el corazón y les han ayudado a alcanzar el estado de conciencia. Hay incluso ciertas comedias que, aunque no tratan ningún tema en particular, son espirituales sin saberlo porque nos muestran una caricatura del ego y de la sinrazón humana. Nos enseñan a no tomarnos nada demasiado en serio, a vivir la vida con despreocupación y, por encima de todo, enseñan por medio de la risa. La risa es extraordinaria como factor liberador y también curativo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la televisión continúa bajo el control de personas totalmente sometidas el ego, de tal manera que continuamos bajo el control de esa segunda intención de adormecernos, es decir, de sumirnos en la inconsciencia.

Sin embargo, el medio de la televisión encierra un potencial enorme, todavía inexplorado.
Debemos evitar los programas y los comerciales que nos agreden con una secuencia acelerada de imágenes que cambian cada dos o tres segundos o menos. El exceso de televisión y de esos programas en particular es el causante en gran medida del trastorno del déficit de atención, una disfunción mental que afecta a millones de niños del mundo entero. Esos períodos breves de atención se traducen en percepciones y relaciones vacuas e insatisfactorias. Todo lo que hagamos estando en ese estado carece de calidad, porque la calidad requiere atención.

Ver la televisión con frecuencia y por períodos prolongados no solamente nos sume en un estado de inconsciencia sino que nos induce a la pasividad y nos agota la energía. Por consiguiente, en lugar de ver cualquier cosa, elija los programas que desee ver. Cada vez que recuerde, sienta la vida dentro de su cuerpo mientras está frente a la pantalla. Tome conciencia de su respiración periódicamente. Aparte los ojos de la pantalla a intervalos regulares para que ésta no se apodere por completo de su sentido de la vista. No suba el volumen más de lo necesario para que la televisión no se apodere de su sentido de la audición. Oprima el botón de silenciar el aparato durante los comerciales. Asegúrese de no dormirse inmediatamente después de apagar o, peor aún, de quedarse dormido con el televisor encendido.

Eckhart Tolle: Una nueva tierra

viernes, 17 de septiembre de 2010

Tenzo Kyôkun

"INSTRUCCIONES AL COCINERO DE UN MONASTERIO ZEN" 
MAESTRO DOGEN (1200 - 1253)

Desde los tiempos antiguos, la casa del Buda está regida por seis administradores, todos ellos hijos del Buda, cuya misión es la de gestionar conjuntamente los asuntos del Buda. El cocinero encargado de la preparación de las comidas de los monjes, el tenzo, ocupa una de estas funciones.

La regla de los monasterios, el Zenonshingi , precisa que la función del tenzo ha sido instituida "porque los monasterios hacen ofrenda de alimento a un gran número de monjes". Esta responsabilidad siempre ha sido confiada a maestros iluminados que poseían el espíritu de la Vía, o a hombres eminentes que aspiraban ardientemente al espíritu del despertar.

¿Acaso la práctica de la Vía no forma un todo de un solo acuerdo?. Un tenzo sin el espíritu de la Vía sufriría en vano al intentar realizar esta abrumadora tarea y no sería de ninguna ayuda a la comunidad. El Zenonshingi hace hincapié en que "es porque actualiza el espíritu de la Vía en la variedad y renovación de los menús apropiados a las estaciones y necesidades que el tenzo aporta a la sangha el aliento y el bienestar necesario para la práctica".

"Remangándose es como el tenzo realiza el espíritu de la Vía".

Realmente, la función de tenzo concretiza la transmisión de los antiguos. Es a la vez el ojo y la oreja, la palabra y el sentido. ¿Cómo no habría de ser ella el centro de la diana, el corazón de la práctica?. Si sois dignos de vuestro nombre de tenzo, vuestro arte y vuestro espíritu son idénticos. En el Zenonshingi se dice: "aportad todos vuestros cuidados a la preparación de las dos comidas diarias, velando tanto por la cantidad como por la calidad. Ninguna de las Cuatro Ofrendas -alimento, ropa, lecho y medicina - debe faltar jamás".

Lo esencial en el arte de la cocina es tener una actitud de espíritu profundamente sincera y respetuosa hacia los productos y el tratarlos sin juzgarlos por su apariencia, ya sea basta o refinada. ¿No os acordáis de la anciana que obtuvo infinitos méritos por haber ofrecido al buda con un corazón puro el agua con la que había lavado su arroz?

Un plato preparado con ricos ingredientes no es necesariamente superior ni un cocido de humildes legumbres es necesariamente inferior. Cuando cojáis o preparéis vulgares plantas silvestres, hacedlo sinceramente, con todo vuestro corazón y tratadlas con tantos miramientos como trataríais a los productos más raros. El vasto océano tiene un único sabor a pesar de recibir el agua de innumerables ríos y el vasto océano de la naturaleza original no hace discriminaciones entre los sutiles sabores de un delicado plato y el gusto grosero de un cocido de hierbas silvestres. De igual manera, cuando hacéis crecer el germen de la Vía y alimentáis al embrión sagrado, comidas refinadas o vulgares tienen un solo sabor.

Hay un viejo adagio que dice:" La boca de un monje es como un horno". Recordad que una planta silvestre puede alimentar al sagrado embrión y hacer crecer el germen de la Vía. No la rechacéis con desprecio ni la tratéis a la ligera. Un instructor y guía de dioses y hombres debe saber sacar partido de una simple legumbre.


Para descargar el libro completo...
http://www.zazen.es/libros/tenzo%20kyokun.pdf

jueves, 9 de septiembre de 2010

Masanobu Fukuoka

Fukuoka se fué a los 95 años, dejando tras de si el ejemplo vivo de una manera radical y revolucionaria de entender la relación con la tierra y un método agrícola basado en la contemplación de la naturaleza y en la mínima intervención humana. Un método capaz de reverdecer y reforestar zonas áridas. Capaz de obtener los mejores resultados de la tierra desde el No hacer.
El campesino humilde y sabio taoísta, el autor de La revolución de una brizna de paja, el poeta, el filósofo, el intelectual, el padre de lo que se llamó la agricultura natural, el inventor del nendo dango y uno de los máximos inspiradores del movimiento permacultural.

A los 25 años de edad, entró en una profunda crisis existencial que lo llevó a cuestionar radicalmente el sentido de su vida, de la humanidad y del planeta. Descubrió que "la gente en su mayoría ya no es completamente humana y que la Naturaleza en gran parte ya no es completamente natural". Así, regresó a su pueblo natal, se dedicó a tratar de trabajar con la naturaleza, a prueba y error en su pequeña granja, hasta que logró un huerto natural que es al mismo tiempo un bosque, una hortaliza y un jardín, en donde conviven cerezos, duraznos, ciruelos, mirtos, acacias, verduras, arroz, plantas de olor, medicinales, y flores;  y todo esto... sin labranza, no fertilizantes, no pesticidas, sin escarbar y sin podar. Esto constituye precisamente lo que Fukuoka llama Los Cinco Principios del Cultivo Natural.

Wendell Berry, estudioso de Fukuoka, señala que éste último nos deja bien claro que "Cuando cambiamos la manera de cultivar nuestro alimento entonces cambiamos nuestra comida, a la sociedad y nuestros valores", y que en este cambio tenemos la responsabilidad de tomar nuestro propio consejo y ponerlo en práctica antes de ofrecerlo a otra gente.

Para Masanobu Fukuoka sanar la tierra y purificar el espíritu humano eran un mismo proceso. Su filosofía del "No Hacer" partía de la idea de que, en lugar de preguntarse qué pasaría si se hiciese esto o aquello, los seres humanos nos deberíamos preguntar qué pasaría si no se hiciese. De allí que Fukuoka nos recuerda que "Cuando se entiende que uno pierde la alegría y la felicidad en el esfuerzo por poseerlas entonces la esencia del cultivo natural será realizada".

Fukuoka no labraba, ni araba, ni usaba abonos químicos, ni compost preparado, ni quitaba las hierbas que crecían en sus campos de arroz, centeno o cebada. Practicaba la agricultura cooperando con la naturaleza, en lugar de querer mejorarla, exigiéndole resultados. Dándole primero, para luego recibir de ella. Respetaba sus ciclos e interfería en las comunidades animales y vegetales de sus campos lo menos posible.
La búsqueda del patrón de la naturaleza, del descubrimiento del modo en que ella se desenvuelve, condujo a Fukuoka a la conclusión de que el conocimiento humano convencional y el del cientificismo es como el actuar de un tonto que hurga en libros de día y de noche, afectando sus ojos hasta la miopía más aguda y lo curioso de todo esto es que por lo que hurgaba con tanto afán era ¡el llegar a inventar un artefacto para curar precisamente la miopía!! Y aún se siente orgulloso de su invento.

Para Fukuoka el conocimiento científico y la hiperactividad humana, al acumularse, ha resultado en perder la sabiduría de una vida simple, plenamente consciente de cada instante y por otra parte se ha creado un mundo terriblemente complejo, materialista, peligroso, soberbio, pues en última instancia el mundo es impredecible. Cuando el ser humano apareció sobre la faz de la Tierra, ésta y su matriz (el universo) ya tenían millones de años en movimiento. Hay que detenerse, observar profundamente y hacer entonces lo vital y simple. Necesitamos ver al mundo con una mirada fresca y directa.

Para mejorar la producción de la naturaleza, y convertir desiertos en bosques, creó el nendo dango, un método de sembrado que no requiere arado y que consiste en mezclar semillas dentro de unas bolitas de barro que se esparcen por el campo y que brotan cuando la primera lluvia intensa la libera de su cascarón.

Fukuoka vivia básicamente de la venta de sus frutas y verduras orgánicas. El describe a los alimentos producidos a base de agroquímicos sintéticos como “manufacturas industriales los cuales son una confección química acuosa de nitrógeno, fósforo y potasio  a base de saborizantes, colorantes, texturizantes y conservantes artificiales”.
La forma de producir los alimentos determina, en última instancia, a la "fabrica social", es decir, al estilo de vida, sentido y destino del planeta y a la experiencia humana. . .

http://www.permacultura.cl/files/revolucion_brizna_paja.pdf

Aquí dejamos una entrevista realizada por Toni Marín a Masanobu Fukuoka para la revista Eco Habitar con motivo de la visita del Maestro a Mallorca en Marzo de 1999.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Krishna Das


En el invierno de 1968, Krishna Das conoció a Ram Dass  (Richard Alpert era profesor de Psiquiatria en Harvard, donde había trabajado con Timothy Leary, Allen Ginsberg y otros intelectuales en los estados de conciencia alterados y la experimentación con sustancias psicoactivas desde principios de los años 60) quien acababa de regresar de su primer viaje a la India. Después de vivir y viajar con Ram Dass en los EE.UU., y habiendo oído muchas historias de Ram Dass 'sobre Neem Karoli Baba (Maharajji), Krishna Das viajó a la India, donde fue bendecido a conocer y permanecer con este extraordinario gurú. 

Mientras vivía en la India durante  tres años, el corazón de Krishna Das fue especialmente dedicado a la práctica del Bhakti Yoga, el yoga de la devoción. Avivando el fuego de su anhelo interior, Maharajii le llevó cada vez más en la práctica de kirtan, el canto de los nombres de Dios.
Como pujari (sacerdote) del templo de Durga en el ashram de Maharajji en las estribaciones del Himalaya, Krishna Das se sumergió en el culto de la Diosa Divina.

Krishna Das pasó tanto tiempo como fue posible con Maharajji en los años que estuvo en India, abriéndose al flujo de la gracia de su gurú y purificado su corazón. A comienzos de 1973, Maharajji le indicó que regresara a Estados Unidos.

Krishna Das explica:
En el que iba a ser mi último Darshan físico con Maharaj-ji, yo estaba petrificado por el miedo de regresar a los EE.UU después de tantos años. No había usado un par de tejanos o incluso zapatos durante tanto tiempo que ya no podía imaginar lo que sería.
No le quería pedir Maharaj-ji lo que debía de hacer en América, pero de repente me espetó la pregunta en ese estado de angustia….  Maharaj-ji! ¿Cómo te puedo servir en los Estados Unidos?  Él me miró con una mueca y dijo: “¿Qué es esto? Si me preguntas cómo se debe servir entonces ya no es servicio. Haz lo que quieras. "

Yo no podía creer lo que oía. ¿Cómo podría hacer lo que quería hacer y estar al servicio de él? No tenía aún esa clase de fe. Me quedé allí sentado, Estupefacto. Luego, después de un minuto o así él me miró de nuevo, sonriendo dulcemente, y me preguntó: 'Entonces, ¿cómo me vas a servir? "
Mi mente estaba en blanco. Era ya hora de irme a Delhi, para coger el avión de regreso a Estados Unidos. Él me miraba y se reía. Me incliné y le toqué los pies por última vez, y cuando levanté la vista, le vi radiante delante de mí.
Dijo de nuevo, entonces, ¿cómo me vas a servir en los Estados Unidos?  Sentí que me movía en un sueño. Yo flotaba en el patio y me incliné ante él una vez más desde la distancia. Mientras lo hacía, las palabras vinieron a mí, "Te cantaré a ti en Estados Unidos”
Poco después, durante la luna llena de septiembre, Neem Karoli Baba abandonó su cuerpo.
Ahora le tenía de encontrar en el interior.
El canto, la meditación, la puja y todo el maravilloso tiempo pasado con Maharajji resultaron ser semillas que él mismo había plantado en mi corazón ... semillas que seguirán creciendo y floreciendo por su gracia.

La base del trabajo espiritual o sadhana de Krishna Das, es el compartir su corazón a través de la música y el canto, es su forma de servir a la Divinidad en su interior y en el de los demás.

Durante años, Krishna Das ha hecho numerosas peregrinaciones a la India, y ha estado con maestros y santos de varias tradiciones espirituales en su búsqueda para abrir y purificar su corazón. Vivir en la selva, en ashrams y en los lugares sagrados de la India le ha brindado la oportunidad de absorber las antiguas verdades de las culturas del continente Indio. Ha estudiado meditación budista y ha sido instruido por lamas tibetanos de diferentes linajes. Canta de forma regular en salas de concierto y centros de yoga en muchas partes del mundo. Ha enseñado junto con Ram Dass y cantado con muchos santos y yoguis en el occidente y en la India.



ENTREVISTA (Yoga journal, octubre de 2007)

Si una cosa caracteriza a Krishna Das dentro y fuera de los escenarios es su sentido del humor. Aún conserva el aspecto de hippie flaco y maduro salido de la década de los sesenta. Hasta que comienza a cantar. Entonces, su potente voz le transforma.

¿Cómo comenzó a practicar kirtan?
Empecé a cantar en la India cuando lo escuché por primera vez. Caminaba por una calle en la ciudad donde vivía y escuché los cantos saliendo de un templo, me quedé completamente estupefacto. Era tan intenso, tan extraordinariamente vibrante. Realmente estaban cantando; nunca había escuchado nada como aquello… fue un sentimiento tan increíble. Me atrajo; tenía que entrar. Eran sólo un grupo de chicos sentados sin hacer nada, ya sabes, en el suelo, tocando y cantando. Y me senté y fue increíble, y me dije: “Esto es”. No sabía… bueno, yo sabía que el canto era devocional, que era algo sagrado, pero no sabía qué era. Pero supe, lo sentí inmediatamente, que quería hacer esto, que quería aprender a hacerlo. Necesitaba hacerlo. Necesitaba una manera de conectar con una voz más profunda.

¿Por qué decidió ir a la India en primer lugar?
La razón por la que viajé a la India fue porque era realmente infeliz y estaba realmente perdido. Y no podía encontrar la manera de conseguir las cosas que quería. Me sentía alejado de la gente, mis relaciones con las mujeres eran insatisfactorias y tensas, no podía estar a gusto. Quiero decir, sólo tenía 20 años, pero aún así. Me sentía incapaz de comprometerme. Era un sentimiento horrible.

¿Cómo le ha ayudado el kirtan en su proceso de crecimiento personal?
San Juan de la Cruz, ¿has oído hablar de él? dijo: “Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta siempre habla en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída el alma”. Cantar el nombre de dios es kirtan; no son sólo mantras. Los mantras pueden utilizarse para cualquier cosa. Podemos hacer mantras para que alguien se enamore de nosotros, para detener un tren, para conseguir más dinero, para herir a otras personas… Los mantras pueden utilizarse para lo que sea. El poder del sonido puede utilizarse para cualquier cosa. Esto es la específica repetición de los nombres de Dios; así es como lo llaman. Y a lo que llaman los nombres de Dios en la India es simplemente a los nombres de ese amor que existe dentro de nuestro propio corazón, a los nombres de nuestro verdadero yo. Le estás pidiendo al lugar más profundo dentro de ti mismo que salga, lo estás llamando, y estás respondiendo al mismo tiempo. Es una práctica muy profunda y muy misteriosa.

Esto podría haber sido sólo una práctica personal, pero, en cambio, canta frente a miles de personas…
Inmediatamente sientes algo cuando cantas frente a un grupo de gente. Sientes una especie de parentesco con las personas que están en la sala. Todo el mundo está allí más o menos por la misma razón.Y tienes que dar lo mejor de ti mismo. Realmente tienes que hacerlo; ésta es la forma en la que mi gurú me metió en esto, la forma en la que me “engaño”. Yo cantaba para salvarme a mi mismo, pero sabía que tenía que cantar con otras personas para hacerlo. No sé por qué. Suena raro, pero no pude hacer nada para ayudarme a mi mismo hasta que me di cuenta de que esto es lo único que puedo hacer. Pero realmente tenía que salir del armario del kirtan y manifestarlo, hacer algo frente a la gente. No podía esconderme por más tiempo; tenía que hacer esto. Y terminó convirtiéndose en un estilo de vida donde hay tantos días a la semana en los que tengo que hacer esta práctica con tanta intensidad…

También es una fuerte tentación para el ego…
Realmente creo que esto se lo debo a la gracia de mi gurú. La línea de fondo es que cuando canto podría ser sólo una persona o incluso nadie. Es una bendición en la que no tengo mérito. Cuando canto es todo lo que hago. Realmente no pienso en quién está allí, no pienso en sí les gusta o no… Espero que les guste, porque es bonito que te aprecien, pero si no lo hacen ¿qué vas a hacer? No canto para gustar; canto por ese lugar dentro de mí que es exactamente el mismo dentro de todos ellos.

¿Qué es lo más importante en la práctica?
Hacerla; simplemente hacerla. Porque estamos acostumbrados a una gratificación instantánea; quieres liberarte, quieres sentirte mejor, quieres sentirte ligero, quieres sentirte así o asá, quieres sentir tantas cosas, ¿verdad? Tenemos el objetivo de vivir cierta experiencia. Pero cuando tienes este objetivo quien lo está teniendo se hace muy fuerte. Y es de ése que quiere tener la experiencia de quien tenemos que deshacernos. Esa persona que tiene un objetivo se hace más ligera simplemente practicando y sin preocuparnos por los resultados de la práctica.Todo esto dicho, cuando practicas te estás dando permiso inmediatamente para dejarte ir de todo lo demás. Para dejar ir los pensamientos sobre ti mismo, los pensamientos sobre otros, la forma en la que nos hacemos daño a nosotros mismos, y la forma en la que herimos a los demás. Dejamos ir todo lo que nos causa dolor.

¿Cómo ha cambiado su práctica con el paso de los años?
Es tan diferente que es ridículo. Cada vez que me siento, cambia.