"El reconocimiento de lo sagrado empieza, simplemente, cuando nos interesamos por cada detalle de nuestra vida."
Chogyam Trungpa

miércoles, 11 de agosto de 2010

Vivir sin azúcar, 1ª entrega

Quizás sería mejor hacer una breve síntesis de la historia del azúcar, sin embargo, el primer paso no será su pasado, sino despertar la curiosidad en nuestro presente.
De forma genérica el azúcar forma parte de lo que llaman glúcidos o hidratos de carbono, necesarios para el organismo; sin embargo, con la palabra azúcar, hacemos referencia a la azúcar blanca procesada de forma química característica por proporcionar calorías vacías.

William Dufty en su libro "Sugar Blues" argumenta que el azúcar refinada es mortal porque drena y extrae las vitaminas y minerales del cuerpo por las demandas que pide el azúcar en el proceso de digestión y desintoxicación que producen en el organismo. Es decir, con la ingestión del azúcar, minerales como el sodio (sal), potasio y magnesio (verduras) y calcio (huesos) son movilizados y utilizados, para restablecer el equilibrio ácido-alcalino de la sangre, que se ha visto desequilibrado por la ingesta de azucar.

Si consumimos cada día, estamos produciendo una situación extremadamente ácida, ante la cual el cuerpo responderá extrayendo más y más minerales del organismo. Y esto, nos vuelve frágiles.
Por otro lado, al principio el exceso de azúcar se acumula en el hígado en forma de glucosa, que pronto se hincha y expulsa el exceso de glucógeno a la sangre en forma de ácidos grasos, que una vez en el torrente sanguíneo son transportados a todas las partes del cuerpo y almacenados en las áreas menos activas, que todos nos reconocemos: vientre, nalgas, mamas y muslos.

Cuando estas partes también están llenas, se distribuyen a los órganos activos como los riñones y el corazón, y el espectáculo continua...


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